viernes, 26 de agosto de 2011

LA LITERATURA ORAL

por Laura   Alonso

Juegos de niños, Peter Bruegel (1560)




1. LA LITERATURA TRADICIONAL


La literatura oral tradicional pertenece al folclore, es decir, al "saber tradicional del pueblo" ya que se nutre de herencias, costumbres y tradiciones transmitidas por generaciones con los recortes, adaptaciones y agregados de las expresiones más jóvenes que garantizan su continuidad a través de los tiempos. Se considera que forma parte del patrimonio cultural colectivo y, por lo tanto, es susceptible de ser reinventada y modificada, de allí la especial relevancia que cobra en la historia de los pueblos. Entre sus principales características podemos mencionar:
  • La transmisión oral: las culturas orales han conservado y transmitido su cultura literaria de boca en boca y de generación en generación, reelaborándola y enriqueciéndola en su interacción permanente con el medio.
  • La brevedad: las composiciones de la tradición oral presentan fórmulas breves, sencillas, de fácil memorización, repetición y reproducción.
  • La sencillez: las formas verbales son simples e ingenuas con predominio de expresiones redundantes, acumulativas, rítmicas y emotivas.
  • La anonimia: las obras son de carácter anónimo, de difícil localización en el tiempo y en el espacio. Si bien hay un creador inicial que interpreta y expresa el sentir popular a través de un refrán, copla, canción, poesía o cuento; otros los toman, los reproducen y recrean a través del tiempo por formar parte del bagaje cultural de la comunidad.
  • Las variaciones: la movilidad natural que caracteriza a las transmisiones orales explica las numerosas variantes de una misma composición.
Este folclore literario puede dividirse en dos grandes campos: el de las formas literarias en verso o folclore poético y el de las formas literarias en prosa o folclore narrativo. En el primer grupo se incluyen los versos infantiles, los versos de adultos, los refranes y las adivinanzas. El segundo grupo abarca los cuentos, las leyendas, las fábulas, los casos o sucedidos y los mitos.
Para María Marta Mirettti, el folclore argentino de tradición oral: “constituye el máximo reservorio de donde se nutren la mayor cantidad de cancioneros, coplas y leyendas populares argentinas. Su característica, en algunos casos es la mixtura entre lo autóctono y la herencia española; en otros, el reflejo de las costumbres populares, matizadas en etapas posteriores y sucesivas por los distintos afluentes inmigratorios (italianos, alemanes, sirio-libaneses, entre otros). ”

Dentro de este gran reservorio folclórico oral, se encuentra el conjunto de manifestaciones literarias anónimas que los adultos dicen a los niños y niñas, y que éstos escuchan, repiten y recrean incesantemente en sus juegos hasta que se integran naturalmente en su repertorio personal. Este repertorio está constituido por: acertijos, adivinanzas, apodos, burlas, canciones de cuna o nanas, colmos, “¿Cómo se llama la obra?”, conjuros, coplas, cruzas, cuentos mínimos, cuentos de nunca acabar, chistes, fórmulas para comenzar y terminar relatos orales, retruécanos o “no es lo mismo”, piropos, poemas para jugar con distintas partes del cuerpo (dedos, palmas, etcétera), preguntitas o “¿Qué le dijo?”, refranes, retahílas (también llamadas rimas acumulativas o encadenadas), tantanes, trabalenguas, versos para echar suertes, versos para ocasiones especiales (para ocupar una silla, para pedir que se devuelva un libro prestado, etcétera), versos para juegos específicos (para saltar a la soga, para las escondidas, para jugar al elástico, cantos del truco, etc.), villancicos y tantos otros más.

Se trata de una enorme cantidad de formsd que vienen desde muy lejos, como las adivinanzas, cuyo origen se sitúa en Oriente y en Grecia; otras, son de este siglo como los colmos, y otras, fueron desapareciendo como consecuencia de la falta de uso. Esta literatura hablada crea un puente entre el pasado y el presente convocando a niños y adultos a jugar con el eco mágico de las voces de otros tiempos. No obstante, cabe señalar que desde hace muchos años, numerosos autores han recopilado y publicado numerosas versiones del folclore infantil tanto de distintas regiones como de diversos pueblos y culturas para incorporarlas definitivamente en la literatura infantil y juvenil.


La gallina ciega, Francisco de Goya (1789)

2. EL FOLCLORE INFANTIL EN EL NIVEL INICIAL

Según Carlos Silveyra, el folclore infantil es: “el conjunto de manifestaciones anónimas, creadas por adultos o por niños, cuyos usuarios son éstos últimos -a veces con la intermediación de los adultos y otras sin necesidad de intermediación alguna- cuya forma de difusión predominante fue la oral ”. Este folclore literario se difundió de manera masiva en el siglo XIX cuando se lo incluyó en el material de lectura escolar de la época; desde entonces forma parte del repertorio de la LIJ (Literatura Infantil y Juvenil) y de las preferencias infantiles y juveniles.

La relación de los niños con esta literatura oral comienza desde el momento mismo de su nacimiento a través de las nanas, rimas, canciones y estribillos, a veces de raíz milenaria, que sus padres, abuelos u otros adultos del entorno familiar entonan amorosamente mientras los acunan o juegan con ellos. Así, el ritmo y la musicalidad de las palabras, cantadas y contadas, ingresan a su mundo, se vuelven familiares y, poco a poco, descubren dos prácticas naturales del hombre: escuchar y decir. Este “dar y tomar la palabra”, primero en el ámbito familiar y más tarde en la escuela, son momentos claves en la historia de los niños como lectores ya que lectura y escritura empiezan en esta literatura hablada que los construye como hablantes y los prepara para leer el mundo con su propia voz.

Como puede verse, los niños adquieren el lenguaje en un proceso social en el cual la literatura oral tradicional los introduce vivencialmente en una cultura que les pertenece y que los identifica, además de ser fuente de descubrimiento, conocimiento, goce estético y estímulo de su pensamiento creativo. De esta manera, se puede decir que constituye un contenido de alto valor cultural, social, cognitivo, ético y estético para el desarrollo integral de los niños y niñas del Nivel Inicial ya que “la oralidad no sólo conforma un proceso social significativo de la historia del conocimiento e identidad de un grupo o comunidad, sino que desencadena a la vez procesos tales como el de la configuración de la conciencia social, la identidad cultural, lingüística y psicosocial. Estos procesos coexisten y se implican mutuamente en todo discurso oral; la lengua no sólo es un uso que tiene lugar entre hablantes concretos y en situaciones comunicativas particulares sino que se constituye en signo social ”.

De allí la importancia de brindar a nuestros alumnos y alumnas numerosas y variadas experiencia lúdicas de contacto y disfrute de las formas poéticas de distintas regiones y culturas, pero muy particularmente las de su propio entorno cultural, ya que contribuirán, sin duda alguna, con la asimilación de los usos lingüísticos de su comunidad, el fortalecimiento de los sentimientos de pertenencia al grupo social en el que están insertos, la valoración de la palabra hablada y de la palabra oída como anclaje para la lectura, la escritura y el goce estético en tanto constituyen un mapa y un cauce de la memoria colectiva.

En tal sentido, Laura Devetach plantea que: “sería interesante relevar el material oral casero que recibimos mujeres y hombres cuando éramos chicos. Recopilarlo e investigar si sus líneas siguen vigentes, qué funciones cumplen y qué tenemos en las manos las mujeres y los hombres de hoy para nuestros chicos ”. Por todo lo antedicho, es preciso que los educadores contribuyamos con la transmisión, conservación y recreación de las expresiones propias del folclore infantil del entorno inmediato para que nuestros alumnos se apropien, compartan y valoren el bagaje cultural de su comunidad, al mismo tiempo que potencian sus múltiples capacidades y habilidades para escuchar y decir jugando con las palabras.

Veamos ahora algunas de las formas poéticas del folclore infantil que animaron los juegos de generaciones y generaciones:

2.1. Las retahílas

Las retahílas son estructuras acumulativas que se construyen a partir de ir agregando elementos de acuerdo con un cierto criterio para después desandar ese camino. Son formas de decir rítmicas que se apoyan en los acentos y la repetición constante de algún sonido; esta recurrencia produce el entretenimiento de grandes y chicos. Las hay de muchos tipos: para sortear juegos; para mover las manos, acunar, balancear, saltar y galopar en las rodillas; de aparecer y desaparecer; dichos y conjuros, entre muchas otras más.

Había una vieja

Vireja, vireja,

De pico, pico, teja,

de Pomporerá.

Tenía tres hijos,

Virijos, virijos,

De pido, pido, tijos,

De Pomporerá.

Uno iba a la escuela,

Viruela, viruela,

De pico, pico tuela,

De Pomporerá.

Otro iba al estudio,

Virudio, virudio.

De pico, pico, tudio,

De Pomporerá.

Otro iba al trabajo,

Barajo, barajo,

De pico, pico, tajo ,

De Pomporerá.

Aquí se acaba este cuento,

Viruento, viruento,

De pico, pico, tuendo,

De Pomporerá.


Retahílas de sorteo

Pata sucia fue a la feria

A comprar un par de medias

Como medias no había

Pata sucia se reía

Ja, je, ji, jo, ju,

¡Pata sucia eres tú!


Retahílas para jugar con las manos

¡Qué linda manito

Que tengo yo

Chiquita y bonita

Que dios me dio!


Retahíla para curar

Sana, sana,

Colita de rana,

Si no sana hoy,

Sanará mañana.


Retahíla para saltar

Achupé, achupé

Sentadita me quedé

En un tarro de café.


Retahíla para girar

Aserrín,aserrán,

los maderos de San Juan,

piden pan

No les dan,

piden hueso

les dan queso

y les cortan el pescuezo.


Retahíla para hacer galopar

¡Hico, hico

Caballito!


Retahíla para encontrar cosas perdidas

Poncio Pilatos

Si no lo encuentro

¡no te desato!


Para recordar los meses del año

Treinta días trae septiembre

Con abril,

Junio y noviembre.

De veintiocho hay sólo uno

Y los demás de treinta y uno.


2.2. Las rimas infantiles

Las rimas son composiciones breves muy atractivas para los niños y niñas por su sonoridad y musicalidad. Carecen de lógica y mensaje ya que su finalidad es lograr un juego sonoro de palabras.

Mañana es domingo

Se casa Piringo

Con una nieta de Santo Domingo

¿quién es la madrina?

Doña Catalina,

reboso de harina

¿quién es el padrino?

Don Juan barrigón

Que toca el tambor con la cola del ratón.


2.3. Las adivinanzas

Las adivinanzas son textos sencillos, breves, estructurados por lo general en versos rimados y fácilmente memorizables. Se caracterizan por plantear enigmas de sencilla resolución para que los niños y las niñas los descifren mediante la asociación de ideas o la simple deducción.

Fui por un caminito

Encontré una dama

Le pregunté su nombre

Y me dijo: Juana.

(R: la damajuana)


2.4. Las coplas o relaciones

Las coplas son textos rimados, breves, sencillos, escritos en cuartetas que suelen producir un efecto humorístico. Muchas son anónimas de circulación oral, pero también hay autores que retoman las características del género para crear nuevas respetando la misma estructura.

El zapatito me aprieta,

Las medias me dan calor,

Y el vecinito de enfrente,

Me tiene loca de amor.


2.5. Los trabalenguas

Los trabalenguas son juegos verbales en los que se reiteran rítmicamente palabras de difícil pronunciación pero que son muy agradables al oído. El juego consiste en repetirlos varias veces sin equivocarse.

Pablito clavó un clavito

¿Qué clavito clavó Pablito?


2.6. Las nanas o canciones de cuna

Las nanas son canciones simples y cálidas que los adultos entonan para tranquilizar o adormecer a los niños más pequeños. Son breves, de estructura rítmica sencilla que se cantan acompañadas con un movimiento físico de balanceo.

Arroró mi niño

Arroró mi sol

Arroró pedazo

De mi corazón.

Este niño lindo

Se quiere dormir

Pero el pícaro sueño

No quiere venir.

Señora Santa Ana

¿Por qué llora el niño?

Por una manzana

Que se le ha perdido.

Yo le daré una,

Yo del daré dos,

Una para el niño

Y otra para vos.


2.7. Las rondas

Las rondas son canciones sencillas con estribillos corales que relatan hechos tomados de la vida real. Los niños y las cantan mientras giran en círculos tomados de las manos. En algunas rondas se introducen diálogos como en “El gato y el ratón”” y movimientos rítmicos asociativos (saludos, desplazamientos y gestos imitativos) como en “El puente de Avignon”. Aquí están los textos de varias rondas tradicionales:

a) Mambrú se fue a la guerra

Mambrú se fue a la guerra

¡Chiribín, chiribín, chin, chin!

Mambrú se fue a la guerra

Y no sé cuando vendrá

¡Ajajá! ¡ajajá!

¡No sé cuando vendrá!

Vendrá para la Pascua

¡Qué dolor, que dolor, qué pena!

Vendrá para la Pascua o para Trinidad

¡Ajajá! ¡ajajá!

¡No sé cuando vendrá!

La Trinidad se acaba

Chiribín, chiribín, chin, chin

La Trinidad se acaba

Y Mambrú no vuelve más

¡Ajajá! ¡ajajá!

Mambrú no vuelve más


b) Arroz con leche

En esta ronda, los niños hacen una rueda tomados de las manos. “La viudita” se ubica en el centro mientras todos cantan la canción y giran rítmicamente. La rueda se detiene y la viudita avanza para elegir a quien va a ocupar su lugar. Mientras canta señala a una niña, luego a otra y finalmente elige a la que toma su lugar. Se repite el juego cuantas veces se quiera.

Arroz con leche

me quiero casar,

con una niñita

de San Nicolá.

que sepa coser,

que sepa bordar

que sepa abrir la puerta

para ir a jugar.

Yo soy la viudita del barrio del rey

Me quiero casar y no se con quién.

Con ésta sí,

con ésta no,

con esta señorita

me caso yo.


c) La rueda de San Miguel

Los niños giran en rueda cantando la canción mientras uno se ubica en el centro como “el general”. Al finalizar la canción, todos se quedan quietos, el general debe controlar que nadie se mueva ni se ría. El que se ríe pierde y en prenda va al centro de la rueda. Se reinicia el juego.

A la ronda de San Miguel

El que se ríe se va al cuartel

Uno, dos y tres.


d) Estaba la blanca paloma

Los niños giran en rueda cantando la canción mientras uno se ubica en el centro como “la paloma blanca”. Durante el canto, todos realizan los movimientos que indica la canción, al finalizar “la paloma” elige a quién ocupará su lugar y se reanuda el juego.

Estaba la blanca paloma

Sentada en un verde limón

Con el pico cortaba la rama

Con la rama cortaba la flor.

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

¿Cuándo veré a mi amor?

Me arrodillo a los pies de mi amante

Me levanto constante, constante,

Dame la mano,

Dame la otra,

Dame un besito sobre la boca.

Daré un pasito atrás,

Haciendo la reverencia,

Pero no, pero no,

Pero no,

Porque me da vergüenza,

Pero sí, pero sí, pero sí

Porque te quiero… ¡a ti!



e) La farolera

Los niños giran en rueda cantando la canción mientras uno se ubica en el centro como “la farolera”. Cuando la canción indica “alcen las barreras para que pase la farolera”, la rueda se detiene, los niños alzan los brazos y la farolera pasa entre ellos contando; al finalizar el conteo se arrodilla en quien será la nueva farolera.

La farolera tropezó

Y en la calle se cayó

Y al pasar por un cuartel

Se enamoró de un coronel.

Alcen las barreras

para que pase la farolera

de la puerta al sol.

Subo la escalera y enciendo el farol,

A la medianoche me puse a contar

Y todas las cuentas me salieron mal:

Dos y dos son cuatro,

Cuatro y dos son seis,

Seis y dos son ocho,

Y ocho, dieciséis,

Y ocho veinticuatro,

Y ocho, treinta y dos.

Anima bendita

Me arrodillo en vos.


f) Sobre el puente de Avignon

La ronda gira en círculo, en tanto, los niños cantan e imitan los movimientos de los trabajos que se mencionan en forma alternativa.

Sobre el puente de Avignon

Todos bailan, todos bailan;

Sobre el puente de Avignon

Todos bailan y yo también.

Hacen así,

Así las costureras,

Hacen así,

Así me gusta a mí.

Hacen así,

Así las lavanderas,

Hacen así,

Así me gusta a mí.

Hacen así… (continúa el juego)


g) El huevo podrido

Los niños hacen una rueda de pié o sentados en el piso; un jugador gira por afuera de la rueda con un pañuelo, pelota u objeto pequeño en la mano mientras todos los demás cantan la canción acompañando con palmas sin mirar hacia atrás. El jugador deja el objeto detrás de un compañero sin que se dé cuenta; cuando éste lo descubre, lo persigue corriendo. Ambos dan la vuelta a la ronda hasta que el niño que tenía el huevo se sienta en el lugar del otro. Si es alcanzado, va dentro de la ronda como prenda hasta que deja el lugar al siguiente niño atrapado. Se repite varias veces.

Jugando al huevo podrido

Se lo tiro al distraído

El distraído no ve

Y ¡huevo podrido es!


h) El gato y el ratón

Los niños realizan una ronda tomados de las manos. En el centro se ubica “el ratoncito” y “el gato” por afuera de la rueda. El juego se inicia con el diálogo de los dos personajes hasta que el ratoncito provoca al gato con la palabra “Corréme”. A partir de este momento se inicia un juego de persecución donde el gato intentará atrapar al ratón. Los jugadores restantes, subirán y bajarán los brazos (a modo de barrera) para que el ratón entre y salga cuando quiera e impedir que el gato lo atrape. Si el gato lo atrapa se transforma en gato y se cambia “el ratoncito”. También se puede cambiar a los dos jugadores.

Variaciones: dos gatos y dos ratones; dos ratones y un gato, un ratón y dos gatos.

Gato:

¿Ratoncito, ratoncito

Qué estás haciendo

En mi jardín?


Ratoncito:

Comiendo pan y queso


Gato:

¿Me das un poquito?


Ratoncito:

Tomá.


Gato:

¿Me das otro poquito?


Ratoncito:

Tomá.


Gato:

¿Me das otro poquito?


Ratoncito:

¿Y si no quiero?


Gato:

Te corro


Ratoncito:

¡Corréme!


i) Juguemos en el bosque

Los niños hacen una ronda y giran tomados de las manos mientras cantan la canción. Al finalizar la canción, la rueda se detiene y los niños dialogan con un jugador, ubicado fuera de la rueda, que hace de lobo:

Coro:

Juguemos en el bosque

Mientras el lobo no está

¿Lobo estás o no estás?


Lobo:

Estoy levantándome de la cama.

Se repite la primera estrofa del coro; el lobo, ante cada pregunta, describe lo que está haciendo:  bañándose, vistiéndose, desayunando, lavandose los dientes, etc. Cuando está listo, sale a atrapar al resto.


2.8. Los juegos

Son poemas que se cantan colectivamente con mímica y dramatización a la vez, coordinando sus textos poéticos con expresiones corporales o rítmicas: movimientos de manos, diálogos, aparecer y desaparecer, etc.

a) Martín pescador

Dos niños hacen un puente tomándose de las manos y levantando los brazos. El resto, hace un tren tomados de las manos, de la cintura o de los hombros. El tren da vueltas pasando cada tanto por debajo del puente mientras cantan la canción. El último del tren queda atrapado y le dan a elegir entre dos opciones (pueden ser frutas, flores, colores, sabores de helado, etc.) El que queda atrapado tiene que elegir una de las dos opciones y después se ubica detrás del niño indicado por lo elegido. Cuando todos los integrantes del tren pudieron elegir y están todos detrás de los que forman el puente, se realiza una cinchada que define quién gana el juego.

Martín pescador,

Me dejará pasar,

Pasará, pasará

Pero el último quedará.


b) Fosforito 43

Los niños se ubican detrás de una línea o junto a una pared. El “fosforito” dirige el juego y se ubica en el otro extremo de espaldas a los jugadores. Todos pronuncian la rima mientras avanzan hacia su lugar. Cuando la rima finaliza, “el fosforito” se da vuelta y sus compañeros quedan “congelados” entonces controla que nadie se mueva o se ría. El que no cumple con esta regla pierde el juego y vuelve a empezar mientras que los demás continúan avanzando. El primero en llegar se transforma en el nuevo “fosforito” y se reinicia el juego.

1, 2 y 3

¡Fosforito es!



c) Antón Pirulero

Los niños se sientan en ronda. El que dirige el juego es “Anton”. Cada jugador elige un instrumento musical para “tocar” (imitar la acción). “Antón” mueve las manos con el gesto de ovillar mientras todos cantan, cuando él lo considera oportuno, imita el gesto de algún jugador y en ese momento el que toca ese instrumento deberá hacer el gesto del ovillo; la acción se repite varias veces. Todos deben estar atentos porque pierde el juego el que se equivoca. Este juego también se conoce como “Aldón Pirulero”.

Antón, Antón,

Antón Pirulero,

Cada cual,

Cada cual,

Atiende su juego,

El que no, el que no,

Una prenda tendrá.



d) Veo, Veo

Los niños se sientan en rueda en el piso.

El que dirige el juego dice:- Veo, Veo...

El grupo contesta en coro: - ¿Qué ves?

El primer jugador responde: - Un cosa maravillosa

El grupo: - ¿De qué color?

A partir de este momento, el primer jugador dice un color cualquiera, los demás van nombrando objetos de ese color intentando descubrir de cuál se trata. Si el objeto mencionado se encuentra muy lejos del que deben identificar, el “Veo-Veo” los orienta diciendo “helado” o “frío” si está muy lejos, pero si está cerca puede decir “caliente”, “muy caliente” y “¡se quemó!” cuando lo descubren. El que adivina primero gana el juego y se transforma en el nuevo “Veo-Veo”.

e) El gran bonete

Los niños se sientan formando un círculo, en el centro se ubica el que asume el rol de “Gran Bonete”. Cada participante elige un color. El juego consiste en estar atento y contestar cuando el “Gran Bonete” lo solicita con el siguiente juego de palabras:

Al Gran Bonete se le ha perdido un color y dice que el Negro lo tiene…

Señala a cualquiera de los participantes, tenga éste último el color nombrado o no, para tratar de confundirlos. Si el negro está atento dirá:

- ¿Yo, señor? (color negro)

- Si, señor (Gran Bonete)

- No, señor (color negro)

- Pues, entonces ¿quién lo tiene? (Gran Bonete)

- ¡El Verde! (color negro)

La falta se produce cuando contesta alguien que no tiene el color al que se alude. En ese caso se anota una prenda; cuando se acumulan tres debe pagar una prenda o salir del juego.



f) La gallinita ciega

Todos los niños forman una ronda y en el centro se coloca el que hará de “gallinita ciega” con los ojos vendados con un pañuelo. Se inicia el juego cuando uno de los jugadores dice:

Jugador: -Gallinita ciega, ¿qué has perdido?

Gallinita: - Una aguja y un dedal

Jugador: - ... da una vuelta y ponéte a buscar

(Hace girar a la gallinita varias veces en el lugar para desubicarla)

La gallinita ciega intentará atrapar a cualquiera de los compañeros pero éstos intentarán despistarla pasando cerca, gritándole, tocándola o palmoteando entre todos. Si atrapa a alguien deberá adivinar de quién se trata y si es descubierto será la nueva gallinita ciega.


g) Mantantirutirulá

Se forma una fila con todos los niños tomados de las manos quedando un niño enfrentado (“su señoría”). El grupo avanza cantando hasta donde se encuentra “la señoría” y retrocede hasta su lugar cantando el estribillo. El otro jugador contesta cantando y regresando a su lugar en el estribillo:

Fila 1: 

Buenos días su señoría

Mantantirutirulá.

Fila 2: 
¿Qué desea su señoría?

Mantantirutirulá.

Fila 1: 

Yo quería a una de sus hijas(os),

Mantantirutirulá.

Fila 2: 

¿A cuál de ellas (ellos) quiere usted?

Mantantirutirulá.

Fila1: 

Yo quería a…. (Nombra al niño/a que quiere)

Mantantirutirulá.

Fila 2: 

¿En qué oficio la pondría?

Mantantirutirulá.

Fila 1: 

La pondría de… (Nombra cualquier oficio, por ejemplo costurera),

Mantantirutirulá.


Se consulta al elegido si el oficio le gusta o no. Si no le gusta se contesta:


Fila 2: 

Ese oficio no le agrada

Mantantirutirulá


El juego se repite hasta que el niño/niña elegido encuentra un oficio que le gusta; en ese caso se contesta:


Fila 2: 

Ese oficio, sí le agrada,

Mantantirutirulá.

Entonces la niña/o se va con “su señoría” y el juego se reanuda hasta que se lleva a todos los jugadores.


h) La china capuchina

El juego consiste en adivinar en qué mano está escondida una piedrita, anillito u otro objeto pequeño. Los niños se ubican en fila menos uno que será el encargado de descubrir el objeto escondido. Uno de los niños esconde una piedrita en una mano sin que lo vean, todos muestran los dos puños cerrados mientras recitan la rima; el jugador que está fuera de la fila va tocando las manos respetando el ritmo de la rima que repiten varias veces hasta que adivina. Si el jugador no adivina los demás le preguntan ¿te rendís?

China, china,

Capuchina

En esta mano

Está la china.


i) Pisa, pisuela

Todos los niños se ubican en fila de espaldas a una pared. El que dirige el juego toca la punta de los pies de sus compañeros con su pie mientras todos recitan rítmicamente la rima. Al finalizar la rima, el último jugador levanta el pie que le tocaron. Se repite hasta que los dos pies de un mismo jugador son “tocados” y queda fuera del juego. Allí puede finalizar pero se puede continuar hasta que quede un único jugador que será el ganador.

Pisa, pisuela

Color de ciruela,

No hay d ementa ni de rosa

Para mi queirda esposa,

Que se llama Doña rosa

Y que vive en Mendoza.


j) Saltar la Soga

Dos niños toman una soga por los extremos (en ocasiones se fija en un extremo de un palo o poste) y la hacen girar rítmicamente en el aire mientras el resto forma fila e ingresa el juego saltando y evitando pisar la soga. El juego consiste en saltar sin equivocarse. Mientras saltan todos repiten:

Sal, aceite, vinagre, ají ¡picante!


k) La escondida


Se juega en grupo y consiste en esconderse evitando ser descubierto. Se sortea quiénes se esconderán y quién los descubrirá. El juego se inicia cuando este jugador cuenta de cara a la pared y con os ojos cerrados mientras el resto se esconde. Al finalizar el conteo, grita:

Paloma, paloma 
el que no se escondió 
¡se embroma!

Luego sale a buscar al resto, cuando descubre a algún compañero corre hasta el lugar donde se realizó el conteo gritando:

¡Piedra libre para … (nombra al jugador descubierto)!

Si alguno de los escondidos llega primero grita:

¡Piedra libre para mí!

El último jugador puede liberar al resto de los compañeros (si se acordó previamente) gritando:

¡Piedra libre para mí

Y para todos mis compañeros!


l) Juego de palmas

Son juegos que se juegan en parejas. Dos jugadores enfrentados cantan una canción golpeando las palmas de una forma particular. Cuando se confunden, vuelven a empezar hasta lograr hacerlo de manera sincronizada. Se suele jugar aumentando la velocidad.

En un convento, borom, bom, bom,

En un convento,

borom, bom, bom,

De San Francisco,

borom, bom, bom,

Había una negra,

borom, bom, bom,

Con tres negritos,

borom, bom, bom,

Mientras la negra, borom, bom, bom,

Cebaba mate,

borom, bom, bom,

Los tres negritos,

borom, bom, bom,

Hacían bollitos,

borom, bom, bom,

El más grandote,

borom, bom, bom,

Era un pavote,

borom, bom, bom,

El más mediano,

borom, bom, bom,

Era un enano,

borom, bom, bom,

El más chiquito,

borom, bom, bom,

Era bajito,

borom, bom, bom,

Aquí se acaba,

borom, bom, bom,

Este cuentito,

borom, bom, bom,

De la negrita,

borom, bom, bom,

Y tres negritos,

borom, bom, bom,


2.9. Canciones infantiles

Composiciones poéticas elaboradas para ser cantadas o acompañadas con palmas u otro tipo de sonoridad rítmica:

Tengo una muñeca vestida de azul

Tengo una muñeca vestida de azul

Con su vestidito y su canesú,

La llevé a paseo y se me enfermó

La puse en la cama con mucho dolor,

Vino el doctor y le recetó

Que le de jarabe con un tenedor.


Cucú, cucú, cantaba la rana

Cucú, cucú,

cantaba la rana

Cucú, cucú,

pasó un caballero

Cucú, cucú,

con capa y sombrero.

Cucú, cucú,

cantaba la rana

Cucú, cucú,

debajo del agua.

Cucú, cucú,

pasó una señora

Cucú, cucú,

con traje de cola.

Cucú, cucú,

pasó un marinero

Cucú, cucú,

vendiendo romero.

Cucú, cucú,

le pidió un ramito.

Cucú, cucú,

no le quiso dar.

Cucú, cucú,

y se echó a llorar

Carabirurí, carabirurá

En coche va una niña

Carabí (bis)

hija de un capitán

Qué bonito pelo lleva

Carabí (bis)

Quién se lo peinará

Carabirurí

Carabirurá

Se lo peina su tía

Carabí (bis)

Con peinecito de oro

Carabirurí

Carabirurá


Antonino

Antonino

fue por vino;

quebró el jarro

en el camino.

¡Pobre jarro!

¡Pobre vino!

¡Pobres piernas

de Antonino!



Juegos de niños, Pablo Picasso (1951)



3. PARA SEGUIR JUGANDO CON LAS PALABRAS

El folclore infantil se ha incorporado a la literatura infantil desde hace muchos años ya que numerosos autores de nuestro país, al igual que muchos otros de habla hispana, han recopilado y publicado numerosos juegos de palabras de la tradición oral entre los cuales podemos citar a: Juan Alfonso Carrizo, Berta Vidal de Barttini, felix Coluccio, Carlos Villafuerte, Rafael Jijena Sánchez, Carlos Jacobella, Robert Lehmann Nietsche, Julio Viggiano Esain y Horacio Becco. Actualmente, el mercado editorial nos ofrece una gran variedad de materiales en diversos soportes y formatos para convocar a los niños y a los maestros a jugar cantando y cantar bailando mientras enriquecemos nuestro bagaje literario y cultural.

A modo de cierre y nuevas aperturas, se recomiendan a continuación, algunos títulos y autores cuyo aporte literario puede dar lugar a propuestas de trabajo que enriquezcan el contacto, apropiación y valoración de la literatura oral tradicional, y desde allí trazar un puente significativo con la literatura autoral:

Basch, Goldemberg y otros: Cuentos con rima para los que se animan. Ediciones Abran cancha, Buenos Aires, 2006.

Boland, Elisa: Coplas, rimas y trabalenguas. Antología del sur. Alfaguara, Buenos Aires, 2004.

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