viernes, 3 de septiembre de 2010

La lectura en la Educación Inicial

                                                                                        por Laura Alonso



Para los niños pequeños, la lectura es una fuente de placer porque los introduce de manera natural en un universo verbal infinitamente más vasto que el lenguaje cotidiano (G. Patte, 2008), en la cultura escrita, en otros mundos posibles y en la formación del hábito lector. De allí la importancia de introducirlos en la escucha frecuente de cuentos, poesías y otros textos literarios. 

De acuerdo con estas consideraciones, recomendamos a los docentes de Educación Inicial:
  • Planificar y sistematizar un momento de lectura diaria, siempre en el mismo horario, cuyo nombre se puede acordar con los niños. Dentro de esta rutina se puede organizar: “El día del cuento”, “El día de la poesía”, “El día de las imágenes” para favorecer el contacto frecuente con variedad de textos, géneros y autores.
  • Seleccionar un corpus de lecturas, teniendo en cuenta el gusto de los niño/as, el propósito lector, la calidad estética y literaria de los libros, presentando un repertorio rico en géneros, soportes, autores y temas. Se pueden presentar criterios de selección alternativos: por temas, problemas sociales relevantes, motivos literarios, la literatura regional, las historias de vida, entre otras.
  • Evitar la lectura de textos con fines utilitarios ya que es necesario que los chicos puedan diferenciar la lectura placentera de la tarea diaria. Cuanta más magia e intimidad se cree en el momento de la lectura, más avances se irán sucediendo en la construcción del hábito lector.
  • Leer previamente el texto en voz alta para enriquecerlo con los recursos expresivos de la voz y el gesto.
  • Evitar el uso de fotocopias para la lectura ya que sostener en las manos un libro es, en sí misma, una estrategia de animación a la lectura. 
  • Destacar el libro antes de comenzar a leer, identificando el título, el autor y el ilustrador. Mostrar a los niños la tapa del libro para que puedan realizar algunas anticipaciones acerca de su contenido.
  • Leer el texto de manera ininterrumpida para ayudarlos a ingresar y permanecer en el mundo de la ficción por tiempos cada vez más prolongados.
  • Leer sin mostrar alternativamente las ilustraciones del libro para no interrumpir el desarrollo de la historia y para facilitar la representación de imágenes mentales a partir de la escucha, excepto cuando se lee un libro-álbum
  • Leer los libros-álbum (libros cuya ilustración funciona en forma inseparable del texto en la construcción de significados) mostrando las imágenes y concediendo el tiempo suficiente para que todos puedan escuchar y mirarlas con comodidad.
  • Enriquecer la lectura de cuentos diferenciando la voz del narrador y de los personajes, jugar con la entonación, marcar las pausas e incorporar algunos gestos para que puedan imaginar los personajes y los escenarios donde se desarrollan las acciones.
  • Incorporar la “lectura en secuencia” (lectura diaria de un fragmento o capítulo) de un texto extenso como una novela para infundir, de ese modo, el interés por avanzar en textos más complejos.
  • Permitir la relectura de fragmentos para ayudarlos a interpretar el texto.
  • Invitar a leer a otros adultos de la escuela, familiares de los niños u otros miembros de la comunidad escolar organizando rondas de lectura, tertulias literarias, sentadas de lectura individual y grupal para que disfruten de otras voces y estilos diferentes de lectura.
  • Habilitar espacios de intercambio sobre lo leído al igual que momentos de narración y re-narración de textos conocidos para favorecer la escucha atenta, la construcción de significados, la descripción de situaciones de la historia, el reconocimiento de los personajes y de la secuencia narrativa.



Bibliografía de consulta

ACTIS, Beatriz: ¿Qué, cómo y para qué leer? Un libro sobre libros. Homo Sapiens Ediciones. Santa Fe, Argentina, 2002.


COLOMER, Teresa: Andar entre libros. La lectura literaria en la escuela. Fondo de Cultura Económica. México, 2005.


LERNER, Delia: Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario. México, 2001.


MONTES, Graciela: La gran ocasión. La escuela como sociedad de lectura. Plan Nacional de Lectura. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Buenos Aires, 2007.


ORTEGA DE HOCEVAR, Susana: “Los niños y los cuentos. La renarración como actividad de comprensión y producción discursiva”. En Niños, cuentos y palabras. Experiencias de lectura y escritura en la educación infantil. Colección “0 a 5, La educación en los primeros años”. Ediciones Novedades Educativas. Buenos Aires, 2009.


PATTE, Geneviève: Déjenlos leer. Los niños y las bibliotecas. México, 2008.


PEREIRA, Marcela y DI SCALA, María: “Lectura de cuentos en voz alta por parte del docente”. En Niños cuentos y palabras. Novedades Educativas, Buenos Aires, 2006.


PESCETTI, Luis María: Juegos de lectura en voz alta. Ediciones Novedades Educativas. Buenos Aires, 1999.


PLAN LECTURA. Docentes que dan de leer. Material de reflexión para el desarrollo curricular en escuelas de Nivel Inicial. Ministro de Educación de la Nación.


PLAN LECTURA: Mundos posibles. Libros para leer en voz alta. Ministerio de Educación de la Nación. 2009.


PLAN NACIONAL DE LECTURA: Seminario Nacional para mediadores de lectura. Secretaría de Educación. Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación docente. Bs. As. 2005.


SAGUIER, Alejandra: Narración y biblioteca. NAP Nivel Inicial. Volumen 1. Ministerio de Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente. MECyT, 2007.


SPINER, Ester: Taller de lectura en el aula. Como crear lectores autónomos. Ediciones Novedades Educativas. Buenos Aires, 2009.


VENEGAS, C.; MUÑOZ, M.; BERNAL L: Promoción de la lectura en la biblioteca y en el aula. Aique, Buenos Aires. 2001.